lunes. 29.04.2024

Un día después de que se cumpliera el primer mes de la implementación del cese al fuego acordado entre ambas partes, el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) confirmaron este lunes la creación de las llamadas "zonas humanitarias", al cierre del cuarto ciclo de diálogos de paz, que tuvo como sede Caracas, capital venezolana. Llegar a la paz es transitar por un camino muy escabroso, por eso este avance es para aplaudir.

El principal objetivo de este ciclo, que se inició el pasado 14 de agosto, fue abordar temas como el cese bilateral al fuego y la participación de la sociedad civil en los diálogos. Los negociadores agradecieron al Gobierno de Venezuela por las facilidades brindadas para este proceso. Iván Cepeda, uno de los negociadores del Gobierno de Colombia, especificó que "se crean zonas humanitarias en las cuales habrá una intervención, no solo de carácter humanitario, sino también a través de proyectos de desarrollo que plasmarán muchos de los acuerdos de paz a los que está llegando la mesa (de negociación)".

En ceremonia efectuada en Caracas se dio a conocer una declaración conjunta, en la cual las partes indicaron que producirán "acciones humanitarias", sin especificar cuáles, "que impulsen el cese al fuego bilateral, nacional y temporal, promuevan la participación de las comunidades, pueblos y demás fuerzas sociales, económicas y políticas en estos territorios". De la misma manera, en este nuevo acuerdo se incluyen acciones en el plano humanitario, con los cuales el Gobierno de Gustavo Petro y el ELN buscan "llevar a cabo proyectos de desarrollo social (...) para su implementación en los próximos meses". Las zonas escogidas fueron Bajo Calima y San Juan, localidades del departamento de Valle del Cauca, así como Sur de Bolívar (Bolívar) y Bajo Cauca (Antioquia), territorio en el que se registraron acciones violentas en las últimas semanas, pese al cese al fuego bilateral pactado, el cual entró en vigor el pasado 3 de agosto y se extenderá hasta febrero de 2024. No obstante, las partes podrán definir nuevas "zonas humanitarias", en caso de ser necesarias, luego de analizar las circunstancias que atraviesen estos territorios.

Seis décadas de sangre

El conflicto armado en Colombia tiene raíces muy profundas. Hay que remontarse a la década de los sesenta del siglo anterior para encontrar su génesis. Desde entonces, el Estado colombiano, gobernado siempre por partidos de derecha, hasta que llegó Petro a la presidencia, ha estado enfrentado a las guerrillas de izquierda, mientras que los grupos paramilitares de extrema derecha también han hecho su juego. Al hacerse cada vez más compleja la situación, a estos protagonistas principales se le han sumado los carteles del narcotráfico, bandas mafiosas y criminales variopintas y diversos grupos armados organizados en defensa de sus territorios. Los más perjudicados han sido los habitantes de las regiones donde se producen los enfrentamientos, por lo general, integrantes de comunidades campesinas, o de pueblos originarios que han habitado la selva desde siempre.

El 23 de junio de 2016, y después de casi cuatro años de negociaciones en La Habana (Cuba) se firmó el cese bilateral de hostilidades, el desarme, desmovilización y reintegro a la vida civil de las FARC-EP, la mayor de las guerrillas. Ese acuerdo se fue al tacho durante el gobierno de Iván Duque.

En la ceremonia de este lunes, el jefe de la delegación del Gobierno de Colombia, Otty Patiño señaló que "en estos nueve meses se ha logrado un cese al fuego, la participación ciudadana para construir con miles de voces un acuerdo nacional". El funcionario puntualizó: "hemos iniciado un proceso de participación que pretende ser el encuentro entre un ELN civil y la sociedad colombiana. Es escenario en el que se transmiten las diferencias de manera franca, inteligente y sin agresiones que ayudarán a la construcción de un gran Acuerdo Nacional".

Ataques al cese al fuego

Durante su discurso, el jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, aseveró que este proceso de diálogo, que se inició hace nueve meses, "discurre en un momento de cambio" y que, conscientes de ello, "se han hecho los acuerdos".

Aseveró que en este primer mes el cese al fuego "ha estado bajo fuego". Atribuyó esta afirmación a la "intensa" campaña de los grandes medios que buscarían "colocar obstáculos al proceso". "También ha habido ataques muy inclementes a comunidades que tratan de desarrollar una veeduría social de este cese al fuego", denunció. En su opinión, “existen sectores que están contentos con la crisis estructural que vive el país y no quieren que haya cambios hacia una democratización". "Nuestro llamado es a seguir acompañando los procesos de paz que están despegando en Colombia y que no nos dejemos enredar por las campañas de los medios de comunicación", instó.

"La paz es urgente, inaplazable y necesaria"

Por su parte, el canciller venezolano, Yván Gil, citó al mandatario Nicolás Maduro y dijo que "la paz en Colombia es urgente, inaplazable y necesaria". El diplomático ratificó que el Gobierno de su país está "plenamente comprometido y decidido a apoyar, como lo solicite Colombia, la 'paz total'".  "La paz no es una opción más, no es un trabajo que hacemos por caridad, sino que es un compromiso de una acción donde nos sentimos involucrados", manifestó Gil. Venezuela, junto a Brasil, Chile, Cuba, México y Noruega, es uno de los países que acompañan esta mesa de diálogo entre ambas partes.

Gil no dejó pasar las  "amenazas, escollos, dificultades y retos" de agentes externos que ponen sus intereses por encima para obstaculizar las negociaciones. "Venzamos las fuerzas negativas en contra del proceso de paz", exhortó. No se puede menos que adherir fervientemente a ese llamado.

 

El único camino