viernes. 26.04.2024

Te devoraste al mundo

Resiliencia-Dibu Martínez, Dibu Martínez-Resiliencia. Dígalo como quiera, significa lo mismo. Claro ejemplo de cómo superar las adversidades que se presentan, en su carrera fueron varias las piedras en el camino que le hacían parecer imposible lograr su sueño. Hechos desafortunados para un compañero, fueron la gran oportunidad para Emiliano. Ese efecto mariposa que derivó en tener al mejor arquero del mundo en este lado del charco. 

Por Juan Pablo García

 

Hoy se cumple un mes desde que Argentina levantó su tercera Copa del Mundo en Qatar y sigue dando de qué hablar, en especial ese hombrecito que lleva los guantes y anda devorándose a sus rivales. Sigue siendo el foco de atención, el de los ataques de la prensa extranjera y de sus colegas dentro del verde césped. Emiliano Martínez, el que dio vuelta al mundo y con orgullo, podemos decir que es nuestro.

El sobrevalorado, el que se comió el personaje, el canchero, el irrespetuoso, el burlón… y un sin fín de adjetivos que le cayeron al “Dibu” por parte de los extranjeros y hasta de los propios argentinos. Recordemos que cuando apareció el nombre de Emiliano en la selección, la prensa argentina (como de costumbre) lo defenestraba. Se abría un debate sin sentido, “El arco de River y Boca, ¿Son los más difíciles del mundo?”, clara alusión a que este nuevo arquerito no le podía competir a Franco Armani y Esteban Andrada, cuando él defendía los tres palos de uno de los clubes más importantes de Inglaterra y lo llevó a levantar un título, siendo figura en la consagración.

Uno de los periodistas que trabaja en los medios fue clarito: “Si Martínez es el arquero titular en la Copa América, yo renuncio”... No fue un tipo de palabra, aún sigue en la TV. Y así con varios otros que criticaban sin haberlo visto atajar ni un minuto con el buzo de la Argentina.

Este muchacho tuvo que pelearla, con tan solo 17 años dejó Independiente para subirse a un avión y marcharse a Inglaterra para pertenecer al Arsenal, uno de los más grandes del fútbol inglés. Le costó, tuvo varios préstamos en el medio, uno de ellos al Oxford de la cuarta división de aquel país, club en el que debutó como futbolista. Siguió su camino en Sheffield Wednesday, Rotherham United, Wolverhampton, Reading, todos en el ascenso británico. También un breve lapso en el Getafe de España, hasta que todo cambió en el 2020.

En medio de la pandemia y con el fútbol europeo volviendo al ruedo, le llegó la gran oportunidad de su vida, defender los colores del Arsenal, algo que tanto había soñado y preparado, sus salidas a préstamos forjaron esa fuerza mental, para que sea el que es hoy. 

Bernd Leno, arquero titular de los Gunners, se lesionó y era el momento de soltar a la bestia. Martínez tomó su lugar y no decepcionó. Se convirtió en figura del equipo y se consagró en la FA Cup, con él como estandarte.  Después fue transferido al Aston Villa y pasó a ser el arquero argentino más caro de la historia.

Empezó a estar en boca de todos y llamó la atención de Lionel Scaloni, quien lo citó por primera vez para la Selección Argentina. Su mayor sueño, lo que le había prometido a su hermano en 2018, en medio de un partido de la Copa del Mundo que se llevó a cabo en Rusia. En la tribuna, como un hincha más, con una bandera argentina pintada en su rostro. En ese mismo año nacía su hijo, momento exacto donde le hizo el click.

Le llegó la citación tan esperada y nuevamente, una situación desafortunada para un compañero, se convirtió en la gran chance para “Dibujo”, ya que Franco Armani, el arquero titular, daba positivo en Covid-19. Emiliano era el responsable de defender los tres palos de Argentina en la Copa América 2021. Fue figura, demostró para qué estaba hecho, su personalidad y el episodio ante Colombia que derivó en el odio masivo de todo el pueblo colombiano. “Mirá que te como, hermano”, “Estás nervioso”, “Yo te conozco a vos”, su gesto en el festejo. Lo bello del fútbol, la picardía, lo que tanto representa al argentino, lo que en el Viejo Continente no logran comprender.

No es solo esto, en la previa demuestra su locura y también la confianza en sí mismo. “Tranquilos que atajo dos”, soltó. Todos los argentinos estaban con el corazón a mil por hora y este loco fue con toda la tranquilidad del mundo teniendo en sus manos la posibilidad de depositar a la Argentina en una nueva final de la Copa América. Este tipo no está en sus cabales.

Saltando en el tiempo, le llegó el momento de jugar el Mundial. Un tipo de palabra, estando en Rusia, le prometió a su hermano jugar la próxima Copa del Mundo y cumplió. En una entrevista previa a Qatar dijo que se mentaliza en atajar los 7 partidos y ser el mejor arquero…También cumplió. 

El “Dibu” es un caso de estudio constante. Que a eso se lo dejo a los especialistas. La manera en la que sus contrincantes se paran frente a él en los penales, como hace el juego psicológico para desestabilizar. Contra Países Bajos y Francia no sabemos si hubo palabra de por medio antes de la ejecución de cada pena máxima, pero conociendo al loco este, no hay dudas de que existió. 

Muchos no comprenden la picardía argentina, menos los europeos que son muy tibios en este sentido. Martínez lo tiene y eso lo hace ser un distinto, que varios  se sientan identificados y para los bilardistas, es un mimo al alma. 

Al “Dibu” lo amas o lo odias, no hay punto medio. De este lado, mi más profundo cariño a este loco, que nos salvó de ir al alargue frente a Australia y gracias a él, la tercera estrella estará bordada en nuestro escudo y no en el de Francia.

Este muchacho marplatense hizo crecer aún más la figura del arquero y dejó en claro que no siempre el ídolo debe estar en la delantera. Hoy, todos quieren ser el “Dibu”. Se lo ganó y lo tiene merecido. El esfuerzo da sus frutos.  Damián Emiliano Martínez. Resiliencia.

 

Te devoraste al mundo