Una de las características claves de esta elección fue la baja participación electoral: según evaluaron fiscales de Juntos por el Cambio, concurrió a las urnas menos del 30 por ciento del padrón electoral.
Más de 238.000 electores estaban habilitados para participar, desde las 8.00 y hasta las 18.00, en las internas abiertas, simultáneas y obligatorias para cargos ejecutivos provinciales, municipales, la Cámara de Diputados provincial y en legislativos locales, pero sólo en los partidos que no lograron conformar listas de unidad. Las elecciones pampeanas son obligatorias para las fuerzas que tienen más de una lista, pero el voto es opcional. Además, los afiliados sólo pueden participar de las internas de su partido, mientras que los electores independientes pueden hacerlo en la que deseen.
El peronismo tuvo internas en seis localidades y la alianza opositora en cinco municipios.
Volviendo a la interna de Juntos, según los datos extraoficiales el candidato radical ganó en Santa Rosa, Toay, General Acha y Eduardo Casex, cuatro de las cinco localidades más importantes de la provincia, y habría perdido en 25 de Mayo, Intendente Alvear y en Realicó.
Tras sufragar, Berhongaray aseguró que la interna pampeana es "una elección sumamente importante para la UCR" ya que una eventual victoria puede transformarse en el puntapié para que el partido comience a pensar en una candidatura presidencial. "Un buen resultado puede significar un gran puntapié para definir el rol del radicalismo dentro de Juntos por el Cambio y elevarla para lograr mayor protagonismo", señaló en declaraciones a Radio Kermes.
Por su parte, Maquieyra, delfín de Horacio Rodríguez Larreta, dijo que siente "acompañamiento del pampeano" y remarcó que "el rival no está dentro de Juntos por el Cambio, sino que es el Frente de Todos". "Tenemos mucho apoyo de los pampeanos, de cada uno que va y se acerca a votar, así que esperemos que como siempre sea una fiesta de la democracia", agregó.
El liderazgo de la oposición en La Pampa es difuso, aunque formalmente y de acuerdo a la distribución de los cargos electivos está en manos del radicalismo, que además gobierna varios municipios. Sin embargo, en las legislativas de 2021 el PRO hizo un movimiento para quedarse con la jefatura provincial: a espaldas de la estructura de la UCR tramó una alianza con el correligionario Daniel Kroneberger y lo llevó a la senaduría tras una victoria interna contra la lista del aparato radical. Ayer, el espacio amarillo intentó dar un zarpazo definitivo para comandar la alianza, pero no tuvo éxito.
La elección de Juntos definió también el tono de la campaña frente a las generales del 14 de mayo: el PRO, imitando intensidades que derraman la disputa nacional, agitó la grieta y le echó fuego a una oposición feroz contra el gobierno peronista pampeano, mientras que el radicalismo sostuvo su estilo crítico, pero moderado con el que lidera la oposición desde el ’83, y se jactó de privilegiar el interés pampeano.
