viernes. 26.04.2024

Soberanía y cooperación

Recientemente, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, viajó a La Paz para planear con las autoridades bolivianas estrategias de cooperación en la explotación y comercialización del litio. Tanto México como Bolivia tienen importantes yacimientos de este mineral que es clave para la industria de las telecomunicaciones y de la automotriz. Por su parte, la semana pasada campesinos bolivianos del salar de Uyuni presentaron su propuesta de ley de litio. Estados y pueblos decididos a defender soberanamente sus recursos naturales cooperando con sus pares de la región.

Por Gustavo Porfiri.

 

En abril de este año, el Senado mexicano aprobó el proyecto de reforma a la Ley Minera enviado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para nacionalizar el litio. La iniciativa modificó los artículos 1, 5, 9 y 10 de la Ley Minera, considerando al litio como patrimonio de la Nación. Ahora, la exploración, explotación y aprovechamiento del mineral estarán exclusivamente a cargo del Estado, quedando excluidas las empresas privadas de recibir las concesiones para explotar el mineral. Una victoria democrática de un gobierno nacional y popular que ha venido a cortar con las gestiones neoliberales de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, benefactores de empresas extranjeras, especialmente de las españolas, como Iberdrola.

En este marco, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores de México, visitó recientemente La Paz. Después de una reunión con el presidente boliviano, Luis Arce, el canciller mexicano y su homólogo Rogelio Mayta ofrecieron una conferencia de prensa en la que anunciaron el comienzo de las conversaciones para que empresas estatales de los dos países fabriquen baterías de litio.

Soberanía boliviana

Durante el gobierno de Evo Morales, Bolivia emprendió el camino para que las ganancias por la explotación del “oro blanco” se queden en esa nación. El país posee el yacimiento más grande del mundo, ubicado en el salar de Uyuni, con una reserva de 21 millones de toneladas de litio certificadas. El plan de Bolivia consistió no solo en la extracción, sino en la exportación de baterías producidas. Para lograr este hito tecnológico, el Estado gobernado por Evo destinó mil millones de dólares. Mil millones de billetes verdes invertidos en soberanía. 

Hace poco más de un mes, nuestros vecinos inauguraron su primera fábrica de baterías de litio, ubicada en la ciudad de Cochabamba, en la zona central del país. "Quantum Batteries es una industria que nace como una integración vertical para Quantum Motors, pero que, al mismo tiempo, se constituye en proveedor de packs de baterías de litio a otras empresas, dentro y fuera de Bolivia, en volúmenes muy importantes, tanto como para dos mil motocicletas por mes", explicó el director ejecutivo de la empresa, José Carlos Márquez.

Quantum Motors es la primera industria dedicada a la fabricación de vehículos eléctricos en Bolivia y en su corta existencia demostró, con hechos, que la industrialización del litio puede ser una realidad. La fábrica -que inició sus operaciones en 2019- produce 300 vehículos anuales y ya comercializa sus productos en México, Paraguay, El Salvador y Perú. En la mencionada visita a Bolivia, el canciller mexicano manejó un vehículo eléctrico de Quantum y anunció que su fabricación en masa está prevista que se haga en México para el año 2023, lo que sería un ejemplo de industrialización y cooperación para el desarrollo entre ambos países.

Para acelerar el proceso de industrialización, el Gobierno boliviano trabaja junto con seis empresas: cuatro de China, una de Rusia y la restante de Estados Unidos. El presidente de la estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB), Carlos Ramos Mamani, indicó que se podría operar también con varias empresas privadas, con el objetivo de obtener los mejores resultados posibles en la explotación.

Un paso más

Hace unos días, organizaciones campesinas de Potosí entregaron a la Asamblea Legislativa de Bolivia su anteproyecto de ley marco de litio y recursos evaporíticos, con el cual pretenden que el Estado se quede con la mayor parte de ganancias de la explotación y así impulsar el desarrollo local.

El anteproyecto -presentado a la Asamblea Legislativa Plurinacional por la Federación Regional Única de Trabajadores Campesinos del Altiplano Sud (FRUTCAS) y la Federación Sindical Única de Mujeres Campesinas del Altiplano Sud (FSUMCAS)- "tiene por objetivo establecer el marco legal para desarrollar la cadena de producción de todos los recursos evaporíticos que provienen de todos los salares del Estado Plurinacional". Asimismo tiene "el único fin de lograr desarrollo integral para el Vivir Bien de todos los bolivianos''. Además, prioriza la producción “en armonía y equilibrio con la Madre Tierra".

La propuesta campesina especifica el rol preponderante del Estado en toda la cadena productiva del litio: "Los procesos de química básica de los recursos evaporíticos de cloruro de litio, sulfato de litio, hidróxido de litio y carbonato de litio; cloruro de potasio, nitrato de potasio, sulfato de potasio, sales derivadas e intermedias y otros productos de la cadena evaporítica se desarrollarán con una participación 100% estatal en su producción y comercialización".

En este tiempo de reconfiguración global, ejemplos como el boliviano y el mexicano, enfocados en la preservación del patrimonio nacional, son un faro que no se debe perder de vista, sobre todo por aquellos gobernantes de estados beneficiados por El Creador con riquezas naturales que, antes que nada, deben explotarse en beneficio de los pueblos.

 

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