viernes. 19.04.2024

¡Qué gol te morfaste, Alberto!

Por Gustavo Porfiri

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador(AMLO) desbordó por izquierda, no asistió a la IX Cumbre de las Américas celebrada la semana pasada en Los Ángeles, California, en protesta por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y puso un centro limpio, perfecto, en el corazón del área chica. Alberto Fernández, luciendo la cinta de capitán (presidente pro tempore de la Celac) solo tenía que elevarse y poner la frente; incluso había tiempo para pararla elegantemente de pecho y mandarla de zurda hasta los piolines. En esa situación, Hugo Chávez hubiera convertido de palomita. Sin embargo, nuestro presidente la mandó a la tribuna.

“Estados Unidos pretendía dividir a las Américas por ideología, pero no esperaba encontrarse con el rechazo de diferentes gobiernos. Ahora, los países latinoamericanos se atreven a desafiar a Washington y esto refleja, sin duda, el continuo declive de su hegemonía y supone la sentencia de muerte para los intentos de la Administración Biden de dividir el mundo por ideologías y promover la confrontación por bloques", consideró el director ejecutivo del Instituto de Derecho de América Latina de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de China, Pan Deng, en un artículo de opinión publicado en la prensa china referido a la IX Cumbre de las Américas.

El presidente estadounidense, Joe Biden, "tenía demasiadas expectativas" de hacer de esta edición del evento regional una "cumbre de Estados Unidos", pero será recordado por sus "preparativos históricamente incómodos, divisivos y precipitados", opinó Pan Deng.

Precisamente, en ese marco tormentoso, estaba la oportunidad de oro de seguirle el tranco a López Obrador y no asistir a la cita imperial. La ausencia del primer mandatario argentino-cuando nuestra república tiene la presidencia temporal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños(Celac)- hubiera producido un impacto considerable en la administración de Joe Biden.

Frases bonitas

Alberto Fernández decidió estar y pronunciar un discurso en tono de protesta. “Definitivamente hubiera querido otra Cumbre de las Américas. El silencio de los países ausentes nos interpela. Para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la cumbre no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión sobre los países miembros del continente”, dijo el titular de la Casa Rosada. Y refiriéndose a la OEA señaló: “si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser reestructurada removiendo de inmediato a quienes la conducen. La Banca de Desarrollo Regional, sin más demoras, tiene que volver en su gobernanza a América Latina y el Caribe.El BID (Banco Interamericano de Desarrollo) requiere un proceso de capitalización para tener más y mejores medios de financiamiento”.

Ya sabemos que estas presentaciones grandilocuentes tienen mucho de efecto sonoro pero nulo impacto en la praxis. Aquí lo que valen son las acciones, pues se trata de disputas de poder. En este caso, el imperio tratando de afirmar su dominio sobre la región, mostrando toda su arrogancia y excluyendo a quien se le antoja. Del otro lado, los países excluidos y algunos que los acompañaron.
Había que estar en el otro plato de la balanza; Fernández no tendría que haber asistido, y mucho menos tendría que haber dicho: “Presidente Biden. Estoy aquí tratando de construir puentes y derribar muros. Como presidente de la Celac quiero invitarlo a participar de nuestra próxima reunión plenaria. Sueño que en una América fraternalmente unida, nos comprometamos a que todos los seres humanos que habitan nuestro continente tengan derecho al pan, a la tierra, al techo y a un trabajo digno”. “Espero ansioso”, contestó con una sonrisa de oreja a oreja, el señor de la Casa Blanca. ¿Qué tiene que hacer este personaje en la reunión de la Celac? Cuando el imperio que te domina está trastabillando, ¡no le hagas de bastón! No se trata de buenos modales, don Alberto, se trata de disputas de poder.

La hora de los pueblos

Volvamos a Pan Deng, citado al comienzo de esta nota. El académico chino recuerda que "durante bastante tiempo" las naciones latinoamericanas "han sufrido mucho la jurisdicción de largo alcance de Estados Unidos". "No hay nada malo en que tomen decisiones basadas en sus propios intereses nacionales. Pero Washington no está de acuerdo con esto. Desde su perspectiva, no apoyar su posición es lo mismo que ponerse del lado de Rusia, y por hacerlo, hay que pagar un precio. Se trata, sin duda, de una forma de pensar hegemónica que no respeta la soberanía de otros países". Estamos atravesando un momento histórico excepcional. Pocas veces se dan situaciones de bisagra como esta. Quizá el final de la Segunda Guerra Mundial y la caída de la Unión Soviética sean los antecedentes más cercanos. En un mundo que está dando un giro descomunal, los pueblos que habitamos este rincón del planeta debemos plantarnos con una posición propia, sólida y compartida. Tenemos todo a favor; no nos podemos dar el lujo de seguir errando goles cantados. Porque los que no hacemos en el arco rival, los sufriremos en el nuestro. No es fútbol; es disputa de poder.

¡Qué gol te morfaste, Alberto!