miércoles. 01.05.2024

El Intendente Víctor Aiola y el Presidente del HCD Lisandro Herrera, coinciden en una cosa. El primero, fiel a su libreto mediático, para referirse a los hechos de público conocimiento, no se sale del término “irregularidades”. Algo simple, que nos lleva al lado del error o la equivocación.  Algo menor, que se corrige, se corta y punto final.

El presidente del Concejo Deliberante en una nota periodística del 14 del corriente, sigue sus pasos.

Detrás de su solemne formalidad, muy cuidadoso de sus palabras, en ningún momento habla del ilícito o de corrupción. Ni siquiera como un supuesto.

¿Es casualidad? No. Hablar de corrupción es una mancha que los asusta, porque se puede extender y nadie sabe dónde termina. Tal vez sea la punta del iceberg.

Hablar sin decir nada, es ganar tiempo, bajarle el precio a un hecho de tamaña gravedad ante la opinión pública.

¿A que hecho concreto realizado por el intendente se refiere el Presidente del HCD? ¿A basarse en las palabras de un concejal opositor para hacer su precaria denuncia? ¿A suspender a dos funcionarios que se estaban echando solos? Vamos, seamos serios.

Palabra mayor merece el Secretario de Área,  Sr. Juan Carlos Gómez, que permanece mediáticamente escondido. ¿Por qué no habla? ¿No se entero que es el jefe de los suspendidos? ¿Así supervisa?.

Para todos. Intendente, Presidente del HCD y Secretario del área. ¿Ni una palabra de la “tosca” a esta  altura de los acontecimientos?

Hay mucho para aclarar, según promete el Presidente del HCD.

Del modo que lo hace, no aclaren tanto que oscurece.

 

PARTIDO JUSTICIALISTA DE CHACABUCO

 

MIEDO A LLAMAR LAS COSAS POR SU NOMBRE