martes. 21.05.2024

El mismo día que decidió no competir por un tercer mandato, Victor Aiola asumió el riesgo de su futuro político. Los posibles escenarios tendrán matices después de que se conozcan los resultados de las PASO del próximo domingo. Casi descontado de que el alcalde local se asegure una banca de diputado. Aunque pretenda disimularlo, está claro que, por ahora, el consultorio de su nueva casa de Saavedra y Maipú será lugar de alguna que otra reservada agenda de rosca a partir del 10 de diciembre. Los números que pueda mostrar Alejo Pérez en las primarias serán la materia prima para que el actual intendente defina su estrategia de acompañamiento. Sabe que Pérez y el multimillonario senador Agustín Máspoli pretenden que acepte su futura estadía en la legislatura bonaerense como paso previo a la jubilación. Mientras tanto, Aiola ladra los lunes en la Casa Radical, pero ya no muerde.

 

El 10 de diciembre

 

El próximo 10 de diciembre comienza una reconfiguración del poder político local. Si Pérez gana, va a consolidar su sociedad con Maspoli, usará el organigrama municipal para contener a los aiolistas huérfanos y se preparará para una eventual pelea por la conducción del comité Alem. Así lo entiende Jorge Pérez, única persona a quien reporta el hijo mayor. 

Pero si el peronismo vuelve al poder de la mano de Darío Golía, otra será la historia. La jefatura opositora seguirá en las garras del flamante diputado larretista. Por eso pesa tanto el resultado. Como dice el colegio de agrimensores, "la medida si importa".

 

El domingo 13

 

Dentro de las centenares de imágenes que se van a mostrar la noche del domingo 13, hay que estar atentos a la gestualidad de Aiola. En este primer tramo apeló a la cortesía de mostrarse oficialmente con el candidato radical. Depende del volumen electoral de Pérez para saber cuál será la receta del pediatra. a) Que Pérez le gane por paliza a Di Palma. b) Que le gane holgadamente pero que aún así la suma -comparada con las marcas históricas de Aiola- sea flaca en su conjunto. En el primer caso el intendente tiene otra disyuntiva. Sumarse a la potencial victoria de Pérez para no regalar protagonismo de antemano, pero a riesgo de ponerse en el centro de la campaña. Ahí debe someterse a lo que intentó evitar al bajarse de su candidatura, luego de que explotaran los hechos de corrupción en el Corralón Municipal. "Si Aiola se pone en el centro de la escena, vamos a activar decenas de denuncias que tenemos archivadas, tendrá que salir junto con Pérez a dar explicaciones" aseguran desde el peronismo y entre tanta información mencionan las desprolijidades de la compra de materiales de la campaña 2021. La otra posibilidad es que con el pasaje a La Plata, utilice la vieja teoría de “acompañar, pero no tanto”. 

Pero si la lista radical-larretista no muestra un destacado desempeño, el jefe comunal, el pediatra y futuro diputado, tendrá su mejor verano. Asume el 10 de diciembre en la ciudad donde cursó sus estudios universitarios, organiza metódicamente la canasta de monedas que le ingresarán como legislador y descansará sabiendo que es el jefe de la oposición.

 

Una charla pendiente

 

Apenas decidió no ser candidato, Aiola alentó la posibilidad de mantener algún contacto con Golía. Hay testigos y registros de esas charlas. Esto nunca llegó a oídos del actual concejal de Unión por la Patria y por eso tampoco nada se concretó. Los números mandan, el domingo es mañana.

 

 

La derecha, el populismo y la transparencia

 

Con fecha de ayer domingo, en el portal Infobae, se puede leer una columna de opinión del periodista radical Ernesto Tenembaun, bajo el título “El largo e invisible brazo de los muchachos peronistas”. Ahí, Tenembaum abunda en datos históricos de cómo el PRO y luego Cambiemos o Juntos, se nutrieron y se nutren de dirigentes y/o prácticas en su mayoría genéticamente peronistas, que hace muy difícil evidenciar, sinceramente, cuál es el cambio que pregonan.

Alejo Pérez se confiesa como recién arribado a la política, “sin militancia partidaria”. Se graduó en universidad privada y fue empresario prematuro hasta la venta de la firma local comercializadora de cervezas y bebidas Pérez y Cia. Llegó a la Secretaria de Gobierno sin escalas previas y de ahí al Concejo Deliberante con los votos de Aiola. Ahora enfrenta el desafío de ser Intendente y promover, junto con el Senador Máspoli y empujados por la vieja guardia boina blanca de los 80, un recambio generacional. En privado, siempre trató de diferenciarse de la dinámica de la actual gestión de su todavía jefe. Aplicará, a la inversa, el “teorema de Baglini”, en la medida que se acerque a su objetivo más intentará despegarse de lo que pasó hasta ahora. En el HCD, Alejo la surfeó entre la aprobación de pedidos de informes por hechos de supuesta corrupción y el cajoneo de los mismos. El traje liberal y “pituco” de Larreta le calza a medida, se siente cómodo. Esa espontaneidad choca de frente con el despliegue clientelar de entrega de materiales que monopolizan desde Desarrollo Social su amiga y su jefe de campaña. La decisión de defender desde su banca el ocultamiento del listado de proveedores municipales, es también un mal precedente. Allí suelen convivir amigos, parientes y entenados. Más cuando las licitaciones privadas se pusieron de moda. Para que se note la diferencia, lo viejo tiene que ser viejo y lo nuevo no puede estar contaminado. Pronto se verá. O no.

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