viernes. 17.05.2024

Ciudad “modelo”, casi Chacalandia

Víctor Aiola se convence a sí mismo de que estamos camino a la “Ciudad Modelo”. Casi un Chacalandia para quienes no llegan a juntar los dólares y volar a Disney. La propuesta incluye la Feria de negocios gastronómicos sin controles bromatológicos. Algunas obritas menores, el minimercado de Villegas y Soberanía Nacional y el contraste con su propia marca. La “Jefa de Gabinete de facto”, tomando la definición de Mario Wainfeld. La idea fija en el 2023, con un recambio de jugadores al 100%. Solo una excepción y la concentración de poder. La batalla que imagina el Jefe Comunal mientras su supuesto retador juega otras partidas. Bienvenidos.

Víctor Aiola se convence a sí mismo de que estamos cerca de la "Ciudad Modelo" que viene proponiendo hace siete años. Si lo apuran, hasta redobla la apuesta y se imagina que podemos ser Chacalandia, algo así como un sueño de opción turística para los que no lleguen a juntar los dólares y viajar a Disney. La Feria de negocios gastronómicos sin controles bromatológicos, los paseos a la ruralidad de las localidades y las mateadas a la orilla de la Ruta 7, son apenas algunas de las propuestas de la ciudad sin mar, sin ríos, sin paseo verde donde tomar oxígeno durante una caminata. Solo en la previa a la primavera, alguna avioneta surca la chacra sojera rociándola de glifosato. Es lo que hay en la vida cotidiana. “Lo demás está por llegar”, le suele repetir Aiola a este cronista.  

En verdad, todo es parte de la lógica construcción del relato que cada gobernante debe tener disponible para enfrentar la insoportable realidad. Incluso un "diario de Yrigoyen" con una portada cada día y con hechura a medida. Como para que el vecino recuerde la cara del intendente que pasó los casi tres años del segundo mandato dentro de su despacho. 

 

El contraste de su propia foto

 

Está claro que el deterioro al que había llegado la gestión municipal en el segundo período de Aiola era de tal magnitud, que ahora por contraste parece que vivimos el esplendor americano de los años 50 del siglo XX. La tímida continuidad del bacheo urbano, la pavimentación del ingreso por Elguea Román y los síntomas de dinamismo en el maxiquiosco ubicado en Villegas y Soberanía Nacional, le ponen entusiasmo a la decisión del Jefe Comunal. Aiola planifica su estadía en el Palacio de Reconquista 26 más allá del 2023.

 

Consultorio cerrado

 

Hay dos cosas que Aiola tiene muy claras y una de la que alardea. Que no vuelve más al consultorio, y que no hay lugar para jugar en ligas mayores está fuera de discusión. Por eso saca a relucir su fama de ganador, de machote incansable e invencible en su territorio. "A Golía le gano tirado en la cama y con un vaso de agua", asegura en las reuniones de Gabinete. Le mete entusiasmo a la tropa a la que cada vez trata con mayor desprecio. “Por ahora dejo este rejuntado, en la próxima gestión el formato es otro", asegura en off y vuelve a recrear un escenario ganador. Sabe que los sueldos de funcionarios son poco tentadores y tampoco es cuestión de habilitar ventanillas de refuerzo salarial, o tarjeteros a troche y moche. Mientras tanto, consolidó un armado de poder inédito, con máxima concentración y plena delegación de facultades.

 

“Jefa de Gabinete de facto”

 

Apenas asumió Sergio Massa como superministro de Economía, el periodista Mario Wainfeld lo llamó “Jefe de Gabinete de facto”. Nos tomamos de esa definición porque calza como traje a medida. Les guste o no a los funcionarios, armadores, senadores millonarios, militantes de todas las líneas, socios leales o en discordia, el esquema de poder de Víctor Aiola, atraviesa su momento de mayor concentración. Tan es así, que en la práctica hay una Jefa de Gabinete de facto, ocupada de los asuntos generales de toda la gestión y zonas de influencia. Mariana Abatángelo, es -desde hace mucho tiempo- parte central de la médula del poder real. Trabajadora incansable 24 por 24, ha logrado ser los ojos y el filtro de todo lo que ocurre o no en el principal edificio público de la ciudad. Es una obviedad decir que la concentración de poder es proporcional a los enojos, críticas y enconos que ese formato piramidal genera en el Gabinete. En ese armado se distinguen los y las que se encolumnan sin ningún cuestionamiento, los que por el conchabo del recibo mensual están dispuestos hasta a pasarla mal y algunos, muy pocos, que se plantan porque hasta planifican su propio retiro. Nada de esto es casualidad, Aiola sabe que no le da el pinet para jugar en una fórmula provincial, pero está convencido que Chacabuco no es radical, ni de Juntos, mucho menos PRO, a quienes particularmente detesta. Según el pediatra, Chacabuco es Aiolista.

 

La única obsesión 

El Jefe de Gobierno local está convencido de que tiene asegurado un capítulo importante en la historia de Chacabuco. Ya festeja una próxima reelección y asegura que el recambio de funcionarios será al 100 por ciento, con la excepción de la “Jefa de Gabinete”. "Por ahora tenemos que terminar con lo que hay", vuelve a repetir como muletilla. Mientras tanto, solo una cosa lo obsesiona. Lo traiciona el inconsciente. Repite una y otra vez que le va a ganar a Golía.

 

Jugador profesional 

 

Mientras tanto, el líder indiscutido del peronismo local vuelve a mostrar las virtudes que lo destacan. Que lo distinguen del resto. Su capacidad de hacer política, de construir escenarios, de cantar en distintos lugares al mismo tiempo y dejar las posturas en diferentes canastas. Darío Golía es un jugador profesional, con un carisma envidiable. Pudo ser un boxeador exquisito, que se acerca en el momento adecuado y se aleja lo necesario para evitar recibir golpes. Va medir cada paso, y esta vez la decisión será con el oído pegado a la almohada. En el camino, desplegará estrategias e incomodará a propios y ajenos. Jamás habla de Aiola, ni lo menciona en sus conversaciones. No agrede, no ofende, pero no olvida ni perdona. Esa es la referencia para imaginar un posible combate que lo tenga en uno de los rincones. Señoras y señores, bienvenidos a Chacalandia 2023.

Ciudad “modelo”, casi Chacalandia