lunes. 06.05.2024

A escasos treinta días de que se realice la presentación de candidatos para competir en las elecciones 2023, y mientras parece ordenarse la grilla de competidores en cada uno de los frentes nacionales y provinciales, en Chacabuco la incógnita está puesta en la definición que puede tomar Víctor Aiola respecto a la pelea por un tercer mandato. Aunque promediando el fin del verano era una decisión casi tomada de ir por otros cuatros años y luego sobrevino el desprolijo anuncio de inclinarse por un candidato en particular, en los últimos movimientos Aiola volvió  a sembrar la duda de cuál será finalmente su juego. Por lo pronto, está claro que el Jefe Comunal pretende tener la centralidad de la decisión tanto para un caso u otro, es decir, al menos el radicalismo de Chacabuco es hiperdependiente de quien por lejos conserva el mayor volumen electoral. El día lunes se suspendió la reunión de mesa del Comité Alem, en la que estaba previsto escuchar algún mensaje del Alcalde local que empezará a dar certeza a la situación. La postergación de ese encuentro y la ansiedad de los posibles participantes de una PASO, dejó como resultado, en el día de ayer, una foto en la Casa Radical, en la que aparecen al menos 4 de los interesados a competir para llegar al Palacio de Reconquista 26. Se puede suponer que esa imágen busca devolver tranquilidad a los removidos avisperos boinas blancas y presionar al Jefe para que defina la situación. De todos modos y más allá de cómo se desenlazan estos cabildeos, uno de los interrogantes es cuán competitivo puede ser un dirigente radical si ese nombre no es el del pediatra que lleva 8 años de ejercicio en el poder. Pero la duda que más preocupa a la mayoría de los boinas blancas, es saber si Aiola quiere que haya un intendente radical que no sea él mismo o si piensa en su vuelta al llano instalado como la cara visible de la oposición y el interlocutor natural de un próximo gobierno peronista. 

 

 

¿Y si Aiola no quiere?