martes. 07.05.2024

Este 26 de julio, en la República del Níger,​ ubicada en el África Occidental, y que fuera colonia francesa hasta 1960, se produjo un (nuevo) golpe de Estado. En Niamey, la capital, la Guardia Presidencial detuvo al presidente Mohamed Bazoum, electo en la segunda vuelta de las elecciones celebradas en febrero de 2021, por el Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo. El mandatario depuesto es un socialdemócrata que mantiene muy buenas relaciones con París.

Más allá de sus nombres y apellidos, no se sabe mucho de los militares que dieron el golpe, sin embargo, para empezar a entender qué sucede, debemos señalar que Níger es un país muy pobre, pero atención: tiene la quinta mayor reserva mundial de uranio, siendo el octavo productor a escala global de este metal, apenas por debajo de Rusia. Para seguir entendiendo, digamos que el setenta por ciento de la electricidad de Francia se produce a partir de la energía atómica y que buena parte del uranio que se utiliza como combustible para los 56 reactores nucleares que alimentan 18 centrales eléctricas llega desde Níger, su antigua colonia.

Este domingo, y a pesar de que los militares prohibieron cualquier tipo de manifestación pública, miles de nigerinos se han manifestado frente a la Embajada de Francia en Niamey. Arrancaron la placa en la que se leía “Embajada de Francia en Níger”, la pisotearon y trataron de ingresar al inmueble gritando consignas contra el país galo.

Este lunes supimos que la junta militar que ahora gobierna en Níger anunció la suspensión inmediata de la exportación de uranio y oro a Francia. Esto pone en una situación compleja a París, desde donde el presidente Emmanuel Macron enfatizó: "Este golpe de Estado es completamente ilegítimo y profundamente peligroso para los nigerinos, para Níger y para toda la región" (y para Francia, le faltó agregar). 

Amigos en las malas

Mientras tanto, los días 27 y 28 de julio pasados, se celebró la segunda cumbre Rusia-África, en la ciudad de San Petersburgo. Este importante evento contó con la presencia de 49 delegaciones africanas y, al igual que en la ocasión anterior, se realizó bajo el lema "Por la paz, la seguridad y el desarrollo". Al cabo del encuentro multilateral, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, sostuvo una conferencia de prensa en la que destacó que los países africanos tienen "un enorme potencial" que crece con una progresión geométrica. Asimismo, admitió que la población es pobre en la región, pero "el progreso es muy rápido". El mandatario indicó que los Estados de la región quieren trabajar con Rusia, y Moscú "lo debe hacer todo para ir en esta dirección". "El continente africano se muestra extremadamente amistoso y positivo hacia nosotros, y es una base importante sobre la que se puede construir también las relaciones en el ámbito de los negocios", dijo.

Putin también abordó el tema de los granos, explicó porqué Moscú decidió suspender la Iniciativa del mar Negro que permitía las exportaciones ucranianas, y adelantó: "Para que los países más pobres realmente no sufran, para que no haya motivos para acusarnos de ser los culpables de la difícil situación de los países más pobres de África, dijimos que estamos dispuestos a suministrar los granos a estos países más pobres de forma gratuita, por razones humanitarias", dejando en claro que la iniciativa de paz en Ucrania desarrollada por los países africanos y el acuerdo de granos no dependen uno del otro de ninguna manera. "Una cosa no tiene que ver con la otra", aseveró.

Más claro, imposible

Uno de los asistentes a la cumbre Rusia-África fue el joven capitán Ibrahim Traoré, actual Presidente interino de Burkina Faso, y heredero ideológico de Thomas Isidore Noël Sankara, primer mandatario burkinés entre 1983 y 1987, y considerado el “Ché” africano. En su intervención, Traoré manifestó: “Las preguntas que se hace mi generación son las siguientes: no entendemos cómo África, con tantas riquezas, en un suelo y una naturaleza generosa, con mucha agua, sol y abundancia, hoy es el continente más pobre. África es un continente hambriento, y sus jefes de Estado recorren el mundo mendigando”.

En relación a la cumbre ruso-africana, el militar aseguró: “hoy tenemos la oportunidad de construir una nueva relación y espero que esto nos sirva para dar un mejor porvenir a nuestros pueblos”. Traoré también dejó un diagnóstico: “Hoy nos enfrentamos a las formas más bárbaras y violentas del neocolonialismo y del imperialismo; la esclavitud todavía se nos impone. Nuestros predecesores nos han enseñado que el esclavo no es capaz de asumir su rebeldía, merece vivir en su lamento”. Y focalizó en que el problema “es ver a jefes de Estado africanos que no aportan nada a la lucha de sus pueblos. Líderes que cantan al son del imperialismo, siendo tratados como sus ministros y tratados como hombres que no respetan los derechos humanos”. Finalmente, el mandatario burkinés enfatizó: “Necesitamos líderes africanos que dejen de comportarse como marionetas que bailan cada vez que los imperialistas tocan el instrumento. ¡Nuestros pueblos han dicho basta! ¡Gloria para nuestros pueblos! ¡Dignidad para nuestros pueblos! ¡Victoria para el pueblo! ¡Patria o Muerte!”. Este escriba considera que no hay nada que agregar.

 

África también existe