Justo en la semana que el diario La Nación publicó que cada legislador provincial cuesta casi quinientos millones de pesos por año,Víctor Aiola eligió mandar al senador Agustín Máspoli a instalar la teoría de la necesidad de un candidato alternativo de cara a las próximas elecciones en las que se definirá el nuevo inquilino de Reconquista 26. Ambos lo acordaron el jueves en el despacho del Intendente y unas horas después era placa del portal Chacabuco En Red. Más allá del exagerado tufillo a opereta política, lo llamativo es que Aiola elige para esa jugada, al radical con peor imagen entre sus correligionarios, sean estos, dirigentes, militantes o simples afiliados. Apenas un pasito atrás de otro contador que supo andar por Moreno 82 y le impidió al radicalismo que Osvaldo Rodrigo vuelva al Municipio después de Mario Lalla, allá por el año 1991. La cuestión es que el mensaje es humo, y el vendedor no porta credibilidad de propios ni extraños.
Una movida de preescolar
Después de ver que el caso de corrupción en el Corralón Municipal es una mecha encendida difícil de parar, Víctor Aiola trató de recuperarse del tremendo golpe que por primera vez lo hace pensar en su regreso al consultorio. Para tal caso, la dirección sería Avenida Saavedra y Maipú, por si quieren apuntar futuras primerizas. La renuncia cantada de “Pipo” Gómez, a quien el propio Intendente simuló defenderlo en las cámaras del clarinete local y luego Máspoli, hablando de la necesidad de la renovación radical en términos de clave electoral, pone en evidencia un repertorio precario, casi de alumno preescolar. Lo que flota en la superficie es la necesidad imperiosa de ganar aire, de salir de la agenda que empieza a mellar en el imaginario colectivo, acerca de una gestión con serios problemas en los sistemas de funcionamientos de control y plagada de vicios y angurrientos. Pensando en dar por terminado el caso de los retornos de dinero en el Corralón Municipal, el jefe del Palacio intenta volver al ruedo y a los álbumes de fotos, junto a algún que otro funcionario que todavía pueda mostrar las manos limpias.
Vivir del pasado
Difícilmente el Intendente crea que es posible vivir del pasado. La política es cruda, cruel, ingrata y traicionera. Los momentos de felicidad son apenas como ráfagas de luz. Quedaron en el archivo de estos casi 8 años decenas de denuncias donde en principio había sospechas. El caso de retornos de dinero de un contratista a dos funcionarios y la posterior renuncia de Gómez fue una bala certera que abre la caja de Pandora. Es sólo el comienzo de un derrotero que empieza a hacer imposible la gestión del día a día. Se implosionó el gabinete, se rompieron las cadenas de mandos y se pone al descubierto que quien no es parte o cómplice, al menos huele que algo anda mal y no quiere saber más nada con poner una firma al boleo. No hay despacho o pasillo oficial donde no se hable de estas cosas. Donde no se jueguen apuestas para el acertijo de cuál será la próxima bomba. Cuál será el nombre del próximo funcionario que se vaya espantado o salpicado.
En ese escenario de tensión, se resquebraja el modelo de gestión que hace seis meses atrás se puso en marcha como operativo ¨reelección¨. El Corralón Municipal será un campo de batalla minado y los servicios públicos un grave dolor de cabeza por más piedra que tiren en las calles o aunque la tierra colorada la reemplacen por la tosca que debieron haber recibido.
La otra pata del operativo clamor era la Secretaría de Cultura y sus Direcciones satelitales. Un manual de prosa peronista hasta la médula, con una directora de orquesta del Teatro Colón, que jamás sintió en sus oídos la melodía del pueblo. Un montaje de espectáculos que no pueden mover el amperímetro en una campaña que será en el barro, a sangre y fuego.
Agua bendita
Volviendo al mensaje que Aiola mandó a instalar a través del Senador que reconoce la poca actividad legislativa, pero gana más que el dueño de APPLE, es una nueva demostración de debilidad de las usinas donde se definen estrategias electorales. Es mentira que a esta altura el Jefe Comunal se bajó del intento de una nueva reelección. Y si lo piensa, no lo va a decir.
Mientras tanto, deambulan los que pretenden sucederlo. Se revuelcan en las contradicciones que produce la sospecha o la certeza de las pruebas del delito y las históricas banderas de la ética pública que supo defender la UCR. Juegan a parecer aliados, pero los expedientes de pedidos de informes pasan como por un colador en el Concejo Deliberante. Son los que el propio Aiola dice que ¨mean agua bendita¨.
Nada está escrito
Nadie va a pensar que Aiola no lo sabe. Sería subestimar al dirigente político que fue capaz de poner al peronismo de rodillas y dejarlo al borde del nocaut. Pero al menos dos certezas pueden anotarse en la antesala de un duro año electoral y cuando en el medio pasaron tantas cosas. La primera es que este Intendente ya no es el médico de ambo por el que los vecinos y vecinas pusieron grandes expectativas allá por el año 2015. La segunda y más contundente aún, es que no habrá postaiolismo sin Aiola. Los propios deben abstenerse de sacar turno en la peluquería. A no hacerse los rulos. Todo lo demás esta por verse. En Macondo siguió el Carnaval. Ojalá la hayan pasado lindo. Es lo que hay