domingo. 19.05.2024
CONTRATAPA / OPINIÓN

Vuelve Laura

Laura Richardson, la Jefa del Comando Sur estadounidense, vuelve a tomar protagonismo en esta columna. Es que dentro de algunos días visitará nuevamente nuestro país. Hace casi un año, acompañada por Marc Stanley, el embajador estadounidense en Buenos Aires, fue recibida por la presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner. Ahora, el lunes 17 se reunirá con el ministro de Defensa, Jorge Taiana. Recursos Naturales, China y Rusia serán los ejes del encuentro.
OPINIÓN
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Para la agencia estatal Télam la generala estadounidense viene “para tratar una serie de temas relacionados con la Defensa”, sin dar más detalles. Por su parte, la embajada estadounidense declaró que el propósito del viaje es "reforzar la relación bilateral en materia de defensa y conversar sobre cooperación en seguridad". Sin embargo, desde que Richardson se encargó de sincerar la posición del imperio norteamericano sobre estas pampas, sabemos que la agenda que guiará la reunión con Taiana tendrá como prioridades los asuntos que son de interés para EE.UU. ¿O alguien imagina que la militar más influyente en nuestro barrio va a venir interesada por nuestras prioridades de Defensa, por ejemplo, la preocupante actividad en la base que la OTAN tiene instalada en nuestras Islas Malvinas? Para disipar cualquier duda al respecto, recordemos que el Comando Sur es una fuerza armada creada para defender los intereses de la Casa Blanca en la región. De ahí se desprende el rol del ministro argentino en la reunión: escuchar y asentir.

Ya se replicaron en este espacio cuáles son los apetitos más profundos que doña Laura tiene respecto de los territorios ubicados al sur del Río Bravo. Pero vale la pena recordarlos: el triángulo del litio; la concentración de “las reservas de petróleo más grandes”; “los recursos de Venezuela, con petróleo, cobre, oro”; los bosques de la Amazonia, “los pulmones del mundo”; y, finalmente “el 31% del agua dulce del mundo”. Esos son los “temas relacionados con la Defensa” de los que habla Télam.

El sinceramiento imperial en la persona de la jefa castrense generó algunas repercusiones fuertes y valientes. Una de ellas fueron las manifestaciones de Gustavo Melella, el gobernador de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur: "No, señora comandante, no son sus recursos naturales, es la riqueza de los pueblos latinoamericanos. Los pueblos de la región no necesitamos ser tutelados sobre cómo manejar nuestros asuntos", enfatizó el mandatario del Fin del Mundo. Otra voz que le contestó a Laura fue la del presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora: "No vamos a aceptar ninguna imposición de nadie ni que nadie se atribuya nuestras riquezas naturales como si fueran suyas", aseguró Lucho. En tanto, Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, definió a las declaraciones de Richardson como "oprobiosas", porque "sacan a la luz los verdaderos propósitos de Estados Unidos". "Siempre nos han tratado como traspatio, nos han mirado con desprecio y han antepuesto sus intereses. No hay una voluntad de cooperar y de trabajar en conjunto con América Latina", sostuvo el líder cubano.

El fantasma chino

Pero hay más. Richardson también viene a meter presión por las relaciones que la Argentina mantiene con China y con Rusia; sobre todo con Pekín y especialmente en materia nuclear. La presencia asiática en Latinoamérica es un asunto primordial de Defensa para quien se considera amo del mundo. Así, la Jefa del Comando Sur, le dejará instrucciones precisas a Taiana respecto de la construcción de la cuarta central atómica en el país con tecnología china. El objetivo es impedir que esas instalaciones avancen. 

Pero la generala en cuestión no es la primera funcionaria estadounidense que alerta sobre los acuerdos con China: la congresista estadounidense María Elvira Salazar, presidenta del Subcomité del Hemisferio Occidental, afirmó recientemente que una hipotética cooperación militar con China sería “un pacto con el diablo que puede tener consecuencias de proporciones bíblicas”. Y amenazó: “Estados Unidos no se va a quedar con los brazos cruzados”. “Hay dos mundos: el mundo libre y el mundo de los esclavos, espero que los argentinos se queden en el mundo libre”, remató la legisladora.

Los mismos de siempre

Latinoamérica tiene una extensa y profunda tradición antiimperialista. Son numerosos los ejemplos de movimientos y líderes que por este barrio han combatido -con sus estilos, con sus diferencias- la pretensión imperial de Estados Unidos de ejercer su condición de amo y señor. Una de esas figuras fue el guatemalteco Juan Jacobo Árbenz Guzmán, presidente de Guatemala entre 1951 y 1954, cuando fue derrocado por un golpe de Estado dirigido por Washington, auspiciado por la United Fruit Company y ejecutado por la CIA. 

En su último discurso, ya derrocado, Árbenz explicaba: “Han tomado de pretexto al comunismo. La verdad es otra. La verdad hay que buscarla en los intereses financieros de la compañía frutera y en la de los otros monopolios norteamericanos que han invertido grandes capitales en América latina, temiendo que el ejemplo de Guatemala se propague a los países hermanos latinoamericanos”. Las prioridades del imperio fueron siempre las mismas; solo han cambiado sus voceros. Hoy se llama Laura Richardson y el lunes próximo vendrá por lo suyo.

 

Vuelve Laura