viernes. 26.04.2024

Vivir sin baño ni agua potable

Una familia con una hija discapacitada, vivió durante años en una casa sin baño ni agua. Tras una entrevista en vivo para Cuatro Palabras, pudieron contactarse con vecinos solidarios que le alquilaron una nueva casa con todas las comodidades, sin meses adelantados, depósitos ni garantías.

Por Andrés Colicchio

Hay una frase muy conocida de Eva Perón que reza “donde hay una necesidad, nace un derecho”. La repetida consigna sirve para graficar muchas situaciones donde la mano invisible del capitalismo no llega, y es el Estado el que tiene que interceder y generar las condiciones para garantizar derechos básicos a las personas que el mercado deja afuera. Lamentablemente, a veces el Estado tampoco llega, y tiene que ponerse en acción la solidaridad de los vecinos.

Una familia sin derechos

Laura Benítez y Guillermo Urbietra tienen dos hijos, uno de ellos con discapacidad; la familia vivía en condiciones muy precarias en una casa de Carlos Gardel al 900, donde no contaban con agua ni baño, pero a pesar de ello pagaban un alquiler de 1.200 pesos mensuales.

En un mercado inmobiliario como el actual, con precios elevados, requisitos de varios meses de adelanto y una firma de garantía, no lograban acceder a una vivienda más digna, con los servicios básicos que garanticen derechos elementales a los niños y a ellos. En una imagen propia de otra
época, los Urbietra-Benítez se las debían arreglar sin sanitario, acudiendo a un monte cercano cuando las necesidades elementales los urgían. Además, para bañarse usaban un calefón eléctrico colgado en la cocina, sin ningún tipo de barrera que resguarde la intimidad, el cual cargaban con agua de una bomba que tenían a varios metros afuera de la casa. “Yo quiero un baño más grande, para poder bañarme más cómodo'', dicen los padres que les pedía siempre uno de sus hijos.

“No nos dan bolilla”

La pareja relató a Cuatro Palabras que “varias veces fuimos a Desarrollo Social, pero no nos dieron bolilla y nos íbamos sin respuesta”. “Hemos ido varias veces a pedir ayuda al Municipio pero nunca nos ayudaron porque dicen que yo tengo un sueldo en blanco. Pero la realidad es que se nos complica para que alguien nos alquile, piden garantías que no tenemos, y meses de adelanto que nos es imposible reunir. Tenemos una hija discapacitada y para poder cubrir todo lo que necesita precisamos una suma de dinero que nos impide juntar plata para arreglar con una inmobiliaria y mudarnos de acá. Trabajo efectivo en una fábrica de premoldeados y me traigo trabajo extra a mi casa, pero igual no nos alcanza”, manifestó Guillermo.

“No queremos que nos regalen nada”

“Las asistentes sociales nos ayudan, a pesar de que yo les aclaro que no quiero que me regalen nada, solamente quisiera que alguien me ayude a conseguir una casa y poder pagar el alquiler como hacemos ahora, pero que sea una casa digna. Yo quiero que mis hijos vayan a un baño y que tengamos agua adentro”, dijo Laura.

Un final feliz

Dos días después de la entrevista emitida en vivo por el Facebook de Cuatro Palabras, una vecina que lo vio contactó a un hombre que les alquiló una vivienda con todas las comodidades, en inmediaciones del Barrio Mataderos. Así, la familia pudo posar feliz para una foto en la nueva vivienda y acceder a una mejor calidad de vida. Aunque una vez más tuvo que ser la solidaridad de los vecinos y vecinas y no la acción del Estado la que cubrió una necesidad tan elemental como tener agua y baño.

Vivir sin baño ni agua potable