martes. 16.04.2024

Todavía quedan algunas unidades del recordado Rastrojero dando vueltas y, aunque muchos no saben cómo fueron sus orígenes, no hay quien no los conozca. Fue el primer vehículo diseñado y
producido en la Argentina, un modelo 100% nacional que comenzó a fabricarse en 1952 y se extendió hasta 1980. Fue, además, el precursor de las camionetas, modelos que hoy están en boca de todos. Sin embargo, lo que muy pocos saben, es que este modelo que marcó una época del país nació por error o por descarte: fue para salvar una inversión equivocada que se realizó durante el Gobierno de Juan Domingo Perón, cuando en los años 50 intentó mecanizar al agro.

Fue entonces cuando el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI) importó de Estados Unidos 2.500 tractores Empire, rezago de la Segunda Guerra Mundial. Como los tractores estaban diseñados para el acarreo de armas y no para tareas agrícolas, hubo muchos accidentes que llevaron al Gobierno a retirarlos de circulación. Así surgió la idea de Raúl Salvador Gómez, un chaqueño que pasó a la historia como el ingeniero aeronáutico que en solo 87 días diseñó el Rastrojero.

Una camioneta diseñada en menos de dos meses

Cuando se decidió aprovechar algunas partes de los tractores, los técnicos reutilizaron las piezas centrales del Empire y empezaron a pensar en una camioneta. Entre lo que se rescató está el motor a nafta, el embrague, la caja de velocidades y la columna de dirección. El resto del vehículo fue diseñado por el equipo técnico de Gómez.

El nombre que recibió este vehículo también tiene su "encanto". Por su concepto de camioneta rural se pensó en llamarlo Rastrojero ("porque debería andar entre los rastrojos"). Los primeros Rastrojeros, a los que se publicitaba como "El camión más gaucho", se armaron en unas barracas y luego en un hangar que se dispuso en el aeródromo de la Fábrica de Aviones, en la que pocos días antes había realizado su vuelo de bautismo el Pulqui II, el avión caza de reacción argentino.

Como el vehículo tuvo, casi sorpresivamente, una gran aceptación, pronto los motores de los tractores Empire (que finalmente fueron 2365) se terminaron. Los diseñadores del Rastrojero querían una motorización diésel y hacia allí orientaron la consecuente búsqueda de un proveedor. Así, en 1953 se realizó una licitación en la que se presentaron Borgward, de Alemania; Perkins, de Inglaterra; Fiat, de Italia y Jenbach, de Austria.

Tras realizar pruebas de los tres primeros motores sobre los chasis Rastrojero (tests de70.000 km), finalmente la elección fue a favor de Borgward, que además planteó la factibilidad de radicarse en la Argentina para fabricar los propulsores, algo que concretó con instalaciones en Isidro Casanova.

Los fabricantes del Rastrojero, de mano en mano

El Rastrojero salió a la luz de manos de Industria Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME). Tres años después, la empresa pasó a llamarse Dirección Nacional de Fabricaciones e Investigaciones Aeronáuticas (Dinfia). Fue entonces cuando se lanzó la segunda generación, más parecida a una camioneta mediana como las que se conocen hoy, que incluían versiones con cajas metálicas, de doble cabina o con chasis para carrozar.

En el  ́67, el nombre del fabricante volvió a cambiar, y se denominó Industrias Mecánicas del Estado (IME). Esa fue la última compañía que manejó los destinos del Rastrojero, que lo dejó de producir el 22 de mayo de 1980, tras más de 124.000 unidades fabricadas.

El abrupto final del Rastrojero 

Aunque venía siendo exitoso y las ventas progresaban, en 1980 el gobierno militar decidió el cierre de la fábrica que daba vida al Rastrojero. En ese entonces, IME (Industrias Mecánicas del Estado) tenía el 80 % del mercado de vehículos diésel y estaba en tratativas muy avanzadas con Peugeot para lanzar un nuevo Rastrojero y un automóvil equipados con el motor Indenor XD2, fabricado por Borgward, que luego se utilizó por muchos años en el Peugeot 504.

Pero nada de eso prosperó, y el Rastrojero, tras varias versiones que fueron de la caja de madera y de chapa; doble cabina (que incluso se usó como taxi en la Capital Federal); rural (la "Gauchita"), frontal minibus, pickup y furgón; frontal grande; automóvil Conosur, y hasta una versión 4x4 para el ejército, llegó a su fin, dejando varios proyectos por cumplir.

Fuente: https://www.iprofesional.com/

El Rastrojero cumple setenta años