viernes. 19.04.2024

"Hay que conocer otras historias de vida"

Por Brenda Voisin

En Argentina, el promedio de vida estimado de una persona trans es de 35 años, muy por debajo de los 75 años de expectativa de vida del resto de la población. La Ley de Identidad de Género (LIG) es un impulso para contrarrestar esa histórica falta, pero la vulnerabilidad sigue condicionando a estos grupos. En diálogo con Cuatro Palabras, la trabajadora social Leticia Freigeiro aborda esta temática desde el campo social y hace hincapié en los avances a partir de la ley, y manifiesta que en Chacabuco falta solucionar la accesibilidad a la intervención quirúrgica, la agilización en las consultas, y “quizás la falta de empatía en profesionales que por su construcción personal, que no se capacitan para poder brindar una mejor atención sin imponer la ideología binaria”.

Persecuciones, precariedad y violencia institucional

En Argentina, la población trans ha sido un sector expuesto a constantes situaciones de amenaza y acostumbrado a convivir con diferentes problemáticas sociales. Desde persecuciones policiales, violencia institucional, discriminación, precarización laboral, hasta enfrentar obstáculos para acceder a la salud. Los “crímenes de odio”, a los que la trabajadora social hace referencia en varias oportunidades en el transcurso de la entrevista y que, “aún hoy siguen ocurriendo”.”Ni hablar del maltrato social y familiar, cuando es la familia o amigos quien lxs excluye. Estas situaciones derivan en índices muy altos de suicidios, muchas veces por depresión”, indicó. Para Freigeiro, la Ley de Identidad de Género visibiliza aún más la lucha, con años de reclamos.

La LIG contempla el acceso a la salud trans sin el sometimiento a ningún diagnóstico o peritaje médico, como era cotidiano hace no mucho tiempo atrás. Además, la normativa introduce en uno de sus artículos el libre acceso a la hormonización gratuita.

Ley de Identidad de Género

La Ley Nacional de Identidad de Género, Nº26743, fue aprobada en 2012, y es pionera en Argentina a nivel internacional. En su primer artículo destaca el derecho de toda persona al reconocimiento de su identidad, al libre desarrollo conforme a cómo se perciba, y a ser tratada acorde a su autopercepción. Sirvió de puntapié inicial para la “despatologización” de las identidades trans. Esto es que desde el marco social y legal, explica Leticia, “se deja de lado la falsa idea de que padecés algún trastorno porque no te autopercibís con tu sexo asignado al nacer”. Sobre habilitaciones administrativas, también se logró el cambio registral de nombre y sexo en el documento de identidad, entre otros avances significativos.

En Chacabuco

Mientras elaboraba su tesis, mantuvo comunicación con el doctor, psiquiatra y especialista en Sexología y Diversidad Sexual, Adrián Helien, quien la orientó en su investigación. "Helien es el director en Salud Trans del Hospital Durán de la ciudad de CABA”, detalló. A nivel local, obtuvo información del Área de Derechos Humanos a cargo de Lara Molina Vidal: en Chacabuco son 18 personas aproximadamente quienes integran la población trans. En la actualidad funciona en el Hospital el Área de Salud Sexual y Reproductiva, que lleva adelante la atención, asesoramiento, contención y acompañamiento en cuestiones de hormonización y atención psicológica en conjunto con el Área de Salud Mental.

En torno a la injerencia de la Ley en los municipios de la Provincia, pudo conocer que las prácticas quirúrgicas se prestan sólo en hospitales públicos con servicio de cirugía, y que dispongan de varios quirófanos; “esto hace que las personas tengan que realizar una serie de pasos administrativos en donde se definirá, según la zona de residencia, el hospital más cercano, para realizar una derivación interhospitalaria”, contó la entrevistada. En la misma línea, aclaró que en Chacabuco falta solucionar la accesibilidad a la intervención quirúrgica, el tema de las consultas y la espera de turnos, en virtud
de una extensa lista de espera para finalmente concretar la intervención. “Esta falencia tiene que ver con una falla en la infraestructura del sistema hospitalario que afecta a todos los municipios chicos, como también, le podemos sumar quizás la falta de empatía en profesionales que por su construcción personal no se capacitan para poder brindar una mejor atención sin imponer la ideología binaria”.

Qué expresan los vecinos y vecinas

Otra de las herramientas de relevamiento empleadas por Freigeiro fue la encuesta. De un total de 74 encuestados de Chacabuco, el 79,7 por ciento respondió comprender el concepto de identidad trans. Le pareció valioso porque, dijo, “viene acompañado por cómo cambiamos social y culturalmente”. Más de la mitad de la muestra entiende la lucha en materia de derechos de esta población. Así y todo, el 68,9% también está al tanto de la existencia del Área de Derechos Humanos y el 89% piensa que la exclusión social es un determinante que afecta en su vida cotidiana. “Es una apertura a debates, diálogos y como base de datos estadísticos e históricos conduce a incentivar a distintas personas de nuestra ciudad a conocer otras realidades; otras historias de vida. Pudiendo generar proyectos, solicitar mejores intervenciones que con interés, capacitación, empatía y responsabilidad optimicen la calidad de vida de la población Trans”, concluyó.

"Hay que conocer otras historias de vida"