viernes. 26.04.2024

"Se puede producir sin agroquímicos"

Bernarda Roldán es técnica en ganadería e ingeniera agrónoma. Trabaja en asesorías en Chacabuco, Chivilcoy, Saladillo, 9 de julio, y asociada con una colega en Junín y otras ciudades. En diálogo con Cuatro Palabras comenta que en la ciudad hay nueve productores que trabajan bajo el formato de agroecología y están bajo el programa Cambio Rural, del INTA. Es un grupo bien homogéneo: hay producción ovina, vacuna, hortícola, cultivos extensivos como trigo, maíz, soja; y un productor de biofertilizantes. “El Estado tiene mucho para aportar y se necesita un marco legal bien definido, las zonificaciones, facilitadores que controlen las aplicaciones. Que se cuide la salud de la gente, nadie quiere despertar con olor a producto químico”, asegura. 

 

Por Martina Dentella 

 

Durante la carrera tuvo becas de investigación por su tesis, e ingresó como docente en UNNOBA. Durante un tiempo, integró la comisión de Mejoramiento Genético de Maíz en INTA Pergamino, mientras se especializaba en cursos nacionales e internacionales de agroecología y agricultura orgánica. Así, desde el 2016, comenzó un proceso de producción propia y asesorías para terceros. “Fueron apareciendo varios campos, sobre todo trabajo con producción de trigo agroecológico, esas harinas se consumen en la ciudad; y dentro de la agricultura intensiva, se trabaja con productores frutihortícolas de distintas escalas, que generan valor agregado y se mueven por la zona, además en Chivilcoy asesoro a un productor ganadero que tiene la cadena completa: carne a pasto que vende en carnicería propia, cierra el circuito”, cuenta. 

En la charla que brindará el próximo 30 de mayo, a las 20:00 en la Universidad Tecnológica Nacional, convocada por el INTA, ​​titulada “Herramientas agroecológicas para la vida en el campo”, se referirá a sus experiencias ganadas en los últimos años. “Vamos a compartir los datos que hemos recopilado en estos años, en distintas escalas, en producciones intensivas y extensivas y valor agregado, queremos mostrar experiencias muy ricas de producciones agroecológicas y en otras en transición”, explica. 

 

-¿Con qué inquietudes se acercan quienes deciden volcarse a la agroecología?

-Se acercan sobre todo quienes viven en el campo y no quieren padecer las aplicaciones encima, no quieren estar en un ambiente cargado de químicos. Desde ese lugar, es un cambio en los hábitos. A nadie se le impone la agroecología, al contrario, te explican que quieren producir sin esa carga de químicos porque quieren cuidar su recurso, que es la tierra. 

También hay otra variante, productores que además de la conciencia, empiezan a pensar en el factor económico. La tierra es un capital, es un recurso que se agota y necesitan regenerarlo y lo quieren preservar para las próximas generaciones. Saltan las alertas porque el cultivo en ese suelo no responde. Ya no les es rentable la actividad. 

 

-Más allá de la lógica de la salud del suelo, de la población, de las plantas, aparecen los conflictos por el costo de los insumos y el endeudamiento, ¿este es otro factor?

-Claro, porque el productor agroecológico cambia la postura y la forma en que plantea su trabajo. Los pequeños y medianos productores que trabajan con el modelo convencional están esperando cosechar para poder saldar lo que invirtieron. Se salda a cosecha y se da pedal con tarjetas y distintas formas de canje, por eso tienen que pensar permanentemente en tener un buen rendimiento para liquidarlo. Los insumos son cada vez más caros, y no está asegurada la cosecha. El tema es que el riesgo de producción es mayor por la cuestión climática. En la ecuación debe aparecer. Este año lo hemos visto con el calor que apretó en enero, y no había agua. 

 

-¿Cuántas personas reconvirtieron sus campos en el partido de Chacabuco?

-Acá hay nueve productores que trabajan bajo el formato de agroecología y están bajo el programa Cambio Rural Productores Agroecológicos Chacabuco. Es un grupo bien homogéneo: hay producción ovina, vacuna, hortícola, cultivos extensivos como trigo, maíz, soja. Y además, hay un integrante que es el productor de biofertilizantes. Los recursos del resto de los productores como desechos o remanentes de la producciones los recicla y genera fertilizantes sólidos, foliares. Eso vuelve al campo de los productores. Es un manejo bastante integrado. Entre ellos hay una dinámica comercial pero también de generación e intercambio de conocimiento y experiencias. Y eso se va registrando. 

 

-¿Cambia el vínculo de competencia a colaboración?¿Cómo le cambia la vida a un productor que hace la transición?

- El trabajo con ellos es por demás gratificante. Ves cómo van creciendo, no solo en la producción, sino en conocimiento. Se empiezan a sentir parte de, trabajan con más solvencia y con más ganas, tienen ganas de mejorar y aportar más. Invierten y van para adelante para producir alimentos de calidad para la población. Están transformados, y más allá del rendimiento, buscan la calidad. Viven en el campo, entonces no los tienen que convencer de nada. Están firmes, están convencidos en que es su forma de vida. 

 

-El planteo que presentan a modo de resistencia los Gobiernos locales es que si a un productor que fumiga en cercanía de la comunidad le planteás que debe dejar de hacerlo, asegura que “se tiene que ir”. ¿Es posible generar cordones agroecológicos para preservar la calidad de vida de los vecinos?

-Está pensado de esa manera. La agroecología contempla al otro. Recupera saberes con una acción concreta a los tiempos de hoy. Tenemos un montón de herramientas: maquinarias, tecnología, bioinsumos. Podés intervenir el campo, estar presente sin intoxicar a la población. La prevención es estar atentos a lo que está pasando en el territorio, el agrónomo y el técnico deben acompañar al productor. Manejar el campo desde tu casa a control remoto, es otra cosa. Así es como llegan las plagas y las fumigaciones. El Estado tiene mucho para aportar y se necesita un marco legal bien definido, las zonificaciones, facilitadores que controlen las aplicaciones. Que se cuide la salud de la gente, nadie quiere despertar con olor a producto químico. No es sano, lo es lógico, sino deberíamos usar máscaras todos. 

Se puede producir sin necesidad de aplicar los agroquímicos o agrotóxicos que se utilizan actualmente. 

 

"Se puede producir sin agroquímicos"