jueves. 25.04.2024

El Día de Todos

Por Gustavo Porfiri

Alrededor del 11 de julio de 1988, la población de la Tierra alcanzaba los cinco mil millones de habitantes. Dos años más tarde, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estableció que cada 11 de julio se celebre el Día Mundial de la Población. El objetivo es visibilizar las problemáticas que implica el crecimiento demográfico global. En este primer cuarto del siglo XXI, y con ocho mil millones de humanos sobre el planeta, los desafíos son enormes. Algunos asuntos se están resolviendo, otros urgen y esperan.

Según la web de la Organización de las Naciones Unidas(ONU) “Tuvieron que transcurrir cientos de miles de años para que la población mundial creciera hasta alcanzar los 1.000 millones de habitantes, y solo en unos 200 años más se multiplicó por siete. En 2011, la población mundial alcanzó la cuota de 7.000 millones de personas y en 2021 la cifra aumentó a casi 7.900 millones de personas. Las previsiones hablan de 8.500 millones para 2030, 9.700 millones en 2050 y 10.900 millones en 2100”.

Este constante crecimiento obedece a varios factores, como los avances en materia de salud y el consiguiente aumento de la esperanza de vida, que pasó de 64,6 años a comienzos de la década de 1990 a 72,6 años en 2019, y la reducción de la mortalidad materna e infantil. Sin embargo, la ONU alertó que estos beneficios, “tienen consecuencias de gran alcance”. Y explica: “Afectan al desarrollo económico, al empleo, a la distribución de la renta, a la pobreza y a las protecciones sociales. Asimismo, repercuten en los esfuerzos por garantizar el acceso universal a la atención médica, la educación, la vivienda, el saneamiento, el agua, los alimentos y la energía”. 

Diagnóstico alarmante 

En el documento publicado por la ONU se detallan cuestiones que significan enormes retos para los gobernantes actuales: “Las mujeres todavía mueren durante el parto. Las desigualdades de género permanecen arraigadas. La división digital deja a más mujeres y a aquellas personas en países en desarrollo desconectadas. En los últimos tiempos, las vacunas contra la COVID-19 se han distribuido de manera desigual. Y los mismos problemas y retos de hace 11 años siguen vigentes o han empeorado: cambio climático, violencia, discriminación. El mundo alcanzó un hito especialmente desalentador en mayo: se superaron los 100 millones de personas desplazadas forzosamente”.

Un ejemplo estremecedor

A raíz de la grave situación humanitaria que enfrenta Yemen, un país devastado por la guerra y la crisis humanitaria, David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, hizo un llamado urgente por la paz en la nación, que se está enfrentando a la peor hambruna en la historia moderna. Más de 16 millones de yemeníes padecen inseguridad alimentaria, y casi 50.000 ya se enfrentan a condiciones similares a las de una hambruna, mientras que otros cinco millones están a solo un paso de sufrirla. Además, se proyecta que 2,3 millones de niños menores de cinco años serán víctimas de la desnutrición aguda este año.

Yemen es un caso extremo -aunque no el único- en el escenario de las calamidades planetarias. Sin embargo, en nuestro barrio la situación también es preocupante: cuatro de cada diez latinoamericanos enfrentaron inseguridad alimentaria en 2021, lo que representó un aumento de más de un punto porcentual en comparación con 2020, según un informe publicado recientemente por cinco agencias de la ONU. En 2021, en América Latina y el Caribe 56,5 millones de habitantes se encontraban en situación de hambruna, lo que representó el 8,6 % de la población regional.

En uno de los episodios más tensos entre México y Estados Unidos por la crisis migratoria, con la muerte de 53 migrantes en un camión abandonado de Texas como telón de fondo, y a pocas horas de su reunión con Joe Biden en la Casa Blanca, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró este lunes que una de sus misiones será defender los intereses y la integridad de las personas que buscan el sueño americano. Habla de decenas de miles de migrantes que día tras día caminan hacia la Meca del norte pues en sus países no encuentran posibilidades de vida.

Buenas también hay

En este contexto complejo, igual aparecen situaciones que nos alientan. Una de ellas está ocurriendo en Ucrania donde, gracias a la decisión del Kremlin, se está llevando adelante un proceso de “desnazificación”, principal objetivo de la operación militar rusa en aquellos territorios. Siempre estaremos en deuda con el pueblo soviético, y con su glorioso Ejército Rojo, que nos liberó del nazismo en el siglo pasado. El costo para los eslavos fue de más de veinte millones de vidas. Hoy, el mundo vuelve a quedar en deuda con Rusia por haber frenado el desarrollo del nazismo disfrazado de “nacionalismo” que venía sembrando el terror en el Donbass desde hace ocho años, cuando triunfó el golpe de Estado auspiciado por el imperio capitalista de Occidente. Si Putin no hubiera ordenado la acción, los herederos ideológicos de Stepán Bandera seguirían ejerciendo su bestialidad sin límites.

“En un mundo ideal, 8.000 millones de personas significarían 8.000 millones de oportunidades para crear sociedades más sanas fortalecidas por derechos y elecciones”, dice la ONU. Sabemos que ese mundo ideal está lejos en el tiempo, pero es tarea de cada uno de nosotros hacer lo mínimo e indispensable para que la espera por ver una humanidad digna de su condición se acorte lo máximo posible.

 

El Día de Todos