domingo. 19.05.2024

El asesinato sucedió en los primeros días de junio y fue descubierto por un grupo de jóvenes que se encontraban en las cercanías del Ferrocarril San Martín jugando al fútbol y, tras perder la pelota, se metieron a buscarla debajo de un vagón donde encontraron un gran charco de sangre que los llevó a dar con el cuerpo. 

Según el artículo publicado por la revista Así en su edición número 542 del 7 de junio de 1966, los jóvenes decidieron seguir el rastro que guiaba desde el vagón hacia unos silos donde, efectivamente, se hallaba el cuerpo de un hombre violentamente asesinado en el fondo de un pozo. 

Para cuando la policía asistió al lugar de los hechos, ya se encontraba un gran grupo de vecinos y la noticia había recorrido el pueblo entero. Los bomberos fueron los encargados de retirar el cuerpo, donde comprobaron que además había sido mutilado, y lo llevaron a la morgue del Hospital Municipal “Nuestra Señora del Carmen”. Fue el doctor Veronelli quien informó que “la víctima había sido golpeada con un hierro en la cabeza”, y que murió instantáneamente.

Más tarde, el subcomisario Roberto G. Andreasevich, junto a Omar Cristóbal García, Oscar Enrique Tejo,José Omar González, y los sargentos Marcelino Antonio Gabitti, Juan Antonio Costanzi, y Aurelio Ermindo Paz iniciaron las investigaciones para dar con el criminal que cometió el asesinato. Volvieron al lugar del crimen y luego de buscar por los alrededores descubrieron las partes que habían sido mutiladas.

Cerca de la medianoche ya habían podido identificar al hombre asesinado por su vestimenta, se trataba de Edmundo Áriel Ríos de 27 años de edad, soltero, de nacionalidad argentina y desocupado. Había llegado meses atrás a Chacabuco, más allá de algunas changas en galpones, había sido fichado como “linyera” tras un ingreso a la Comisaría por disturbios luego de una borrachera. 

Tras una serie de detenciones e interrogatorios, uno de los detenidos confesó el crimen. Eleuterio Cipriano Calderón, de 20 años, fue quien se declaró culpable del asesinato. Al igual que Ríos, trabajaba en los galpones de vez en cuando. Aseguró que lo había golpeado con un hierro y, junto a otro compañero, lo habían quemado para que no puedan identificarlo. 
El cómplice fue Héctor Oliviera, a quien se refería como “el chileno”. Ambos habían estado celebrando la fecha patria -25 de mayo- durante dos días, Ríos se acercó al encuentro pero luego de discutir con Cipriano Calderón, recibió un fierrazo y varias puñaladas. 

Para despistar, ya que en esa época varios crímenes de la zona tenían la característica particular de la mutilación, decidieron hacer lo mismo, quemar el cadáver y luego compartieron un asado. 

Lo que nunca se supo es si lograron dar con el paradero del “chileno” Oliviera que, al momento de emitirse la edición de la Revista Así, no había sido detenido. 


Fuente: https://www.novabonaerense.com/nota.asp?t=Sucedio-en-Chacabuco-mataron-a-un-linyera-lo-prendieron-fuego-y-comieron-un-asado-al-lado-del-cuerpo&id=35755&id_tiponota=200
El crimen del linyera que conmocionó a Chacabuco