lunes. 29.04.2024
OPINIÓN

Aportes argentinos a la paz

Por estos días, en que la paz mundial está en jaque, gracias al empeño del Occidente imperial en prender fuego al planeta, y al rechazo sistemático de cualquier propuesta sensata de solución al conflicto ucraniano, es bueno recordar que la República Argentina -desde comienzos del siglo pasado- ha hecho significativas contribuciones a la armonía global. Junto al analista de política internacional Juan José Balatti, destacamos a cinco argentinos protagonistas de esas situaciones: Luis María Drago, Carlos Saavedra Lamas, Juan Atilio Bramuglia, Adolfo Pérez Esquivel y el papa Francisco.

 

Por Gustavo Porfiri.

OPINIÓN (1)
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Hace un par de días fracasaba la reunión entre el actor a cargo del gobierno nazi de Kiev, Vladímir Zelenski, y el titular del Palacio de Planalto, Luiz Inácio Lula da Silva. El encuentro se debía dar al margen de la cumbre del G7, celebrada en Hiroshima, pero Zelenski no acudió a la cita. “Teníamos una (reunión) bilateral con Ucrania a las 15:15. Esperamos y recibimos la información de que llegaban tarde. Mientras tanto, me reuní con el presidente de Vietnam. Y cuando el presidente de Vietnam se fue, Ucrania no apareció. Pero bueno, Zelensky es mayor de edad, sabe lo que hace”, sentenció el mandatario brasileño.

 

Un poco antes, el ucraniano había desairado al papa Francisco, cuando lo visitó en El Vaticano. Su Santidad había manifestado su voluntad de mediar entre Kiev y Moscú para avanzar en una salida pacífica del conflicto, pero el lacayo del imperio occidental le manifestó a Bergoglio que no necesitan ninguna mediación, que lo que necesitan son más armas para la famosa contraofensiva que nunca arranca, algo que el pontífice no puede aportar.

Bueno, ya tenemos a uno de los cinco argentinos que se han puesto a disposición para superar un conflicto internacional importante: Pancho, el papa.

La Doctrina Drago

En los últimos días de 1902, el ministro de Relaciones Exteriores argentino durante la segunda presidencia de Julio Roca, Luis María Drago, anunciaba el postulado para solucionar un gravísimo problema internacional con epicentro en las costas venezolanas. Allí, las marinas de guerra del imperio británico, alemán y del Reino de Italia,​ bloquearon las costas y puertos de Venezuela exigiendo el pago inmediato de las deudas contraídas por el país sudamericano con compañías de esas potencias. Estados Unidos se negó a aplicar la Doctrina Monroe, que establecía que cualquier intervención de potencias europeas en América significaría un acto de agresión que activaría la intervención de Washington. Ante esto, emergió la Doctrina Drago, instaurando el principio de que ningún Estado extranjero puede utilizar la fuerza contra una nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera. Finalmente, este recurso desarrollado por Drago fue un aporte fundamental para destrabar el incidente.

El primer Nobel de la Paz

Entre 1932 y 1938, durante la presidencia de Agustín Pedro Justo, el ministro de Relaciones Exteriores argentino fue Carlos Saavedra Lamas. Este porteño, bisnieto del coronel Cornelio Saavedra, resultó el primer latinoamericano en obtener el Premio Nobel de la Paz. Presidió la Conferencia de Paz del Chaco, en la que, el 12 de junio de 1935, se firmó el armisticio que puso fin a la Guerra del Chaco (1932-1935) que involucró a Paraguay y Bolivia. 

Saavedra Lamas obtuvo, en 1936, a los 58 años, el Premio Nobel de la Paz. Su mérito mayor fue su aporte para el Pacto antibélico que lleva su nombre, firmado por 21 naciones y que se convirtió en un instrumento jurídico internacional.

Un hábil negociador

Juan Atilio Bramuglia fue un chascomunense que se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores argentino entre 1946 y 1949, siendo Juan Domingo Perón el presidente. Como Canciller, presidió el Consejo de Seguridad de la ONU, en octubre de 1948. Por entonces, Europa vivía un incidente de grandes dimensiones en el marco de la Guerra Fría: el bloqueo de Berlín por la Unión Soviética, en respuesta a la reforma monetaria impuesta por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia. La ciudad alemana estaba dividida en dos: una parte administrada por la URRS y la otra por las otras tres potencias europeas. Las tensiones escalaron a un nivel muy alto, siendo el primer conflicto que trató el Consejo de Seguridad tras su creación. La gestión de Bramuglia -centrada en la idea de “paz duradera”- logró que las cuatro potencias involucradas conformaran un comité para resolver los puntos de disputa. Finalmente, la crisis quedó superada el 12 de mayo de 1949.

Otro Nobel

Adolfo Pérez Esquivel es un destacado activista por los Derechos Humanos y defensor del derecho de libre autodeterminación de los pueblos, ligado a la teología de la liberación. En 1980 recibió el Premio Nobel de la Paz por su compromiso con la defensa de la Democracia y los Derechos Humanos en el marco del auge de las dictaduras militares en América Latina.

A un mes de iniciada la operación militar especial rusa en Ucrania, Pérez Esquivel dio en el clavo: "La conquista de una paz duradera pasa por retomar los acuerdos de Minsk. Ese puede ser el camino más apto para restablecer el diálogo entre las partes en conflicto". Claro que el Reino Unido, Estados Unidos, y sus sirvientes, las potencias europeas, contestaron con una carcajada y siguieron mandando armas a Kiev.

Antes de cerrar este homenaje a los cinco argentinos aludidos, conviene aclarar que hoy, a diferencia de Lula, por más que a un gobernante nacional se le ocurra el mejor plan de paz para el conflicto eslavo, no podría exponerlo con libertad. Nuestra dependencia y sumisión al Occidente imperial, a través del Fondo Monetario Internacional, impide que expresemos algo disonante con la cantinela impuesta por Londres, Washington, su ruta.

 

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