viernes. 03.05.2024

Podrá tener infinidades de trofeos individuales, de títulos con sus clubes, reconocimientos y mucho más, pero él quería una sola cosa, lograr la tan ansiada tercera estrella, lo demostró en los festejos, viendo la Copa con amor, como un bebé mira a su madre o como si mirara a su esposa, no paraba de tocarla mientras hablaba ante toda la gente presente en el Monumental. Era lo que soñaba, nada de balones de oro, botas de oro, ni Champions. Quería ser felíz a su nación y ahora solo queda disfrutar, porque seremos campeones hasta 2026 y él ya lo dijo, no sabremos cuándo se volverá a repetir. Aunque ellos ya quedarán en la eternidad.

El gol 800 tenía que llegar de esta manera, merecía ser nuestro y en un día festivo, no en el PSG donde la mayoría del público no lo quiere.  El daño que les hizo es irreparable. Era acá, en un Monumental repleto, con más de 83.000 almas presentes, con familias que fueron a verlo por primera vez, en un partido donde todos querían estar. Encima, ese tanto para entrar en el selecto grupo de los 800 donde solo tres futbolistas están presentes, tenía que ser con una obra de arte, un tiro libre perfecto, para llegar a los 62 tantos desde esa vía e igualar a Diego Armando Maradona como los máximos goleadores de faltas directas.

Contra Curazao también daría su show, rompiendo otra marca histórica, convirtiendo un hat-trick y no sólo alcanzar sino que superar los más de 100 gritos con la Albiceleste… Si, goles de tres cifras con la camiseta que tanto ama y tan bien la defendió, aunque a los críticos les moleste. 100 veces Messi y contando.

Disfrutar con su familia, con Antonela, sus hijos, sus padres y hermanos, quienes estuvieron siempre, que nunca lo dejaron de lado en los peores momentos, su mayor sostén, a quienes también le debemos agradecer, porque fueron el pilar de lo que es Messi hoy, el mejor jugador de todos los tiempos.

No hubo muchas lágrimas como en los festejos de Copa América, que ahí fueron de desahogo, acá fue felicidad plena, no le entraba la sonrisa en su rostro, todo el partido felíz, en la previa y en el post. La sonrisa de Leo es la más hermosa, imposible no alegrarse cuando Messi está contento.

No solo es Messi, es todo lo que genera a su alrededor, admiración absoluta de sus compañeros y de él mismo quedándose a un costado para que los demás festejen y vean lo felices que fueron, algunos pibes y otros amigos que la lucharon junto a él. Líder y capitán, así lo fue siempre, solo quedaba que lo demuestre al público y desde que eso ocurrió, todo cambió.

También la emoción del resto de los jugadores, el Dibu hasta las lágrimas con el himno como la gran mayoría de los argentinos en ese momento que entonan las estrofas del himno más bello que existe en todo el planeta, con la bandera más linda de todas y los 11 guerreros que salían a la cancha. Esa sensación es única. 

Scaloni lo mismo, demostró ser un tipo de fierro, mejor dicho que trata de serlo, porque la emoción no la puede ocultar, es humilde hasta en esto. El pibe de pueblo nos hizo ser los más felices del mundo, le daba vergüenza hasta llorar, pidiendo que paren cuando todo el estadio cantaba algo de la Scaloneta. Esa humildad nos llevó a esto. 

Todo esto era lo que más quería Messi, sentir el calor de los hinchas más cerca, lo que fue Maradona en su época. Eso se hizo saber con él en estos días que estuvo en Argentina cuando fue a cenar a una parrilla de Palermo junto a su familia y amigos, entró por la puerta trasera para que no lo reconozcan y no lo paren, pero al terminar de comer se levantó y le dijo a los presentes: “Quiero salir y saludar a la gente”. Una demostración de su amor por los argentinos, que quiere percibir toda la demostración de cariño de los fanáticos.

Después de tantas veces bastardeado por una minoría, que sigue existiendo lamentablemente, que no comprenden realmente lo que es y genera, quienes quieren figurar, porque nadie que entienda de este deporte lo puede cuestionar. Messi es felíz estando en Argentina, en Francia fue silbado, se fue solo de la cancha y cuando pisó sus tierras no para de sonreír, foto y videos que veías de Leo es con una sonrisa inmensa en su rostro. No hay nada más lindo que verlo felíz.

No hay dudas que tiene ganas de jugar en nuestro fútbol, lo que sintió en estos días en el país lo hizo convencer aún más de querer jugar al menos unos meses y ser ovacionado en cada cancha.

Gracias por ser argentino. Gracias por no rendirte nunca. Gracias por defender la celeste y blanca como nadie. Gracias por hacer patría y rechazar a los españoles. Eternamente agradecido.

 

Era lo que soñaste, Leo